¿De dónde viene la yerba mate?

¿De dónde viene la yerba mate?

El origen del consumo de la yerba mate como infusión viene del pueblo guaraní. La planta solo crece en el territorio donde se movía esta etnia. Posteriormente los jesuitas descubrieron sus beneficios y desarrollaron su cultivo.

Los países donde más se consume mate son Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. Los tres primeros de estos cuatro países comparten un sector de selva denominada selva misionera, lugar donde crece el árbol de la yerba mate. Territorio dominado por las aguas del Río Paraná.

Es una zona con características muy especiales: húmeda, tropical y subtropical, el suelo es arcilloso y las precipitaciones son altas (1.500 mm anuales). Estas condiciones son las óptimas para que crezca esta yerba que en los tiempos de los guaraníes era uno de los bienes más preciados. Daba energía inmediata, activaba, quitaba el hambre y calentaba el espíritu ¿Qué más se le podía pedir a algo proveniente de la tierra?

El rol de los jesuitas

Jesuitas en sudaméricaAl llegar los colonos españoles e identificar que esta yerba estimulaba y daba energía a los indios, la consideraron diabólica. Pero con la llegada de la orden jesuita – la más humanista y científica de todas las congregaciones católicas – se pudo comenzar con su cultivo y domesticación.

Los jesuitas que se instalaron en la selva misionera identificaron los beneficios de la infusión e iniciaron su consumo y producción. En 1769 fueron expulsados de América, con esto se estancó el desarrollo del cultivo organizado, reiniciándose otra vez a comienzos de 1900.

Intentos de migración

Selva AmazónicaEl mate se ha tratado de cultivar en otras zonas del mundo con características similares de clima y suelo. Pero esta planta que durante siglos estuvo estrechamente relacionada con la cultura y tradición de los guraníes, y hoy en día está fuertemente vinculada a la vida de millones de gentes de varios países de Sudamérica no quiere moverse de acá. No le interesan los viajes. No prosperan estas plantaciones lejos del suelo arcilloso que vio caminar a los guaraníes. El árbol del mate no crece en otro lugar. Quizás no son las condiciones óptimas las presentes en otras latitudes. O quizás el mate eche de menos la brisa fresca que viene volando desde el Río Paraná.

Lo cierto es que el mate solo vive y crece en la histórica selva misionera, corazón de Sudamérica. Una selva que no sabe de fronteras y se extiende por el norte de Argentina, el este de Paraguay y el sur de Brasil. Una selva de tierra roja que ve rugir a las cataratas del Iguazú y que goza de la planta más venerada de toda América. Una planta mágica que activa el cuerpo y remece el espíritu.

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