“Cuando no tomo mate, lo echo de menos”

“Cuando no tomo mate, lo echo de menos”

Nicolás llegó a Chile por trabajo, camina los 34 años, está casado, tiene dos hijos “una nena de cuatro y un chico de tres”. Es sociólogo y vino para trabajar en lo que más le gusta: la investigación. Específicamente en la facultad de sociología de la Pontificia Universidad Católica. Todos los días toma mate, una tradición totalmente arraigada en su Uruguay natal, y que día a día toma más adeptos en Chile.

“Vengo tomando mate diariamente hace 20 años. A mí me despierta, por eso tomo más en la mañana que en la tarde. Es un estimulante sano y natural. Otra cosa que me gusta mucho es su sabor, me encanta”. Como consumidor y sociólogo ve en esta costumbre mucha tradición.

El momento de entrada al consumo de mate lo define por hábito social, además de resaltar la imitación. “Generalmente la entrada al mate es en grupo. En la casa con la familia, o con amigos. Después empieza el consumo en solitario, como compañía, para estimular o templar el cuerpo cuando hace frío. Igualmente veo algo en mis hijos. Ellos nos ven tomar mate a mi señora y a mí, y les causa curiosidad probar”.

 

Cebar el mate

 

Se opina y se habla de muchas formas de cebar el mate ¿Cuál es la tuya?

He visto muchas formas de cebar el mate. Particularmente yo no soy de los usuarios más sofisticados en eso. Mi esposa es muy puntillosa y me dice que cebo mal el mate. Lo que hago es hacer un espacio con la bombilla, ahí pongo el agua. La idea es que el agua caliente caiga sobre la yerba (porque no tiene que caer sobre la bombilla porque con la bombilla caliente uno se quema). También hay otros que dicen que tiene que caer sobre la bombilla para que la yerba no se queme, sobre todo los primeros mates. Si la yerba se quema pierde sabor. Yo echo el agua medio a medio.

¿Cuáles son los sorbos más sabrosos?

Los primeros mates siempre son los más ricos. Esos recién cebados, con la yerba seca, y el agua con espuma. Después de consumir mucho esa espuma desaparece y es un signo de que son los últimos mates.

El rito de tomar mate

 

¿Qué significados reconoces en el rito de tomar un mate?

Tiene un significado de comunión. Genera una unión momentánea entre las personas que lo están compartiendo, independiente del motivo o por qué se hayan juntado.

¿Existen normas para el mate?

Una cosa que tiene que ver con las reglas sociales del consumo es la dirección en que se pasa el mate. Se pasa al sentido contrario de las agujas del reloj. Es decir si hay un círculo, a la derecha.

Otra tradición. Cuando uno no quiere seguir tomando tiene que pasarle el mate a la persona que está cebando y decir “gracias”. Eso significa que uno sale de la ronda del mate.

¿Y los cebadores?

Se supone que una sola persona tiene que cebar, si hay dos cebadores desaparece la coherencia. Porque seguramente uno ceba de una manera y otro de otra.

Es verdad que los primeros mates son los más ricos, pero el primero no. No sabe bien porque el agua recién está humedeciendo la yerba, entonces es un mate que no tiene gusto a nada. Por lo general el que está cebando se toma el primer mate y a partir del segundo lo comienza a pasar, como un gesto de cortesía.

 

En Uruguay…

 

En tu país se consume mucho mate ¿Qué características especiales tienen el consumo de mate allá?

Uruguay debe ser el país del mundo donde más se toma mate. En otras partes se toma mucho en casa, o en el trabajo. En cambio el uruguayo lo hace en todas partes, sale mucho a la calle con el termo y el mate. Ocupa los espacios públicos con el mate.

¿Y ese arraigo de dónde viene?

En la colonia los gauchos tomaban mucho mate. El mate y la carne eran la dieta básica. Uno lee relatos del siglo XVIII y XIX y se hace mucha mención al mate. O sea que es un hábito rural, antiguo y a medida que se fueron formando las ciudades se fue internando en la población urbana. Es raro porque es una de las tradiciones más resistentes al tiempo. La gente deja de usar poncho, pero el mate no lo deja.

¿Y lo consume todo tipo de gente?

Sí, todo. El mate es muy transversal. Uno no puede decir que los jóvenes toman más mate que los viejos o que los de clase alta más que los de clase baja. Todos toman.

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